La contaminación visual se refiere a toda aquella visualización de determinadas zonas, las cuales afectan o perturban, rompiendo así la estética del paisaje.
En nuestra vida cotidiana podemos tener este tipo de contaminación en: vallas publicitarias, cableados, antenas de televisión, parabólicas, pararrayos, basuras o vertederos, grafitis, edificios deteriorados, redes de distribución eléctrica, exceso de señales de tráfico e incluso molinos eólicos.
Como consecuencias se dan accidentes ocasionados por la obstrucción visual al conducir, trastornos de atención, alteraciones del sistema nervioso, dolor de cabeza, mal humor y disminución de la eficiencia laboral.
Para tratar de ayudar a solucionar este problema, se podrían reducir los anuncios y hacer un seguimiento de normas urbanísticas racionales, evitando elementos agresivos o recargados.

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