Hay un acuerdo general en la comunidad
científica respecto al efecto que el cambio climático va a significar para las
especies plaga: la mayor parte de ellas se van a ver favorecidas, lo que augura
un panorama difícil para la sostenibilidad y gestión de muchos de nuestros
bosques. Usando como hilo conductor a la procesionaria del pino (Thaumetopoea
pityocampa), una plaga circunmediterránea que afecta severamente a los
pinares y cuya respuesta al incremento de temperaturas es bien conocida en
Europa, señalamos la necesidad de un abordaje más integral para la futura
gestión de estas plagas. Frente a los procedimientos de control basados en el
ataque directo a la especie plaga, mostramos las posibilidades de una
estrategia de prevención basada en el manejo del hábitat, que consiga bosques
más diversos en estructura y composición específica, más resistentes y
resilientes no sólo frente a las plagas, sino a los diversos tipos de
perturbación que se adivinan para los años venideros
Es
decir los arboles tendrán que adaptarse a las diferentes plagas que estos van a
tener que enfrentar por lo que se debe predecir que tan difícil será para el
ecosistema sobrevivir después de un cambio tan radical.
Referencia:
Hódar, J.A., Zamora,
R., Cayuela, L. 28 de Noviembre del 2012. Cambio climático y plagas: algo más
que el clima. Ecosistemas. Recuperado
el día Jueves 11 de Junio del 2015 de: http://www.revistaecosistemas.net/index.php/ecosistemas/article/view/700 Examen 152485
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